En Brasil, más de mil ochocientas cincuenta personas fueron asesinadas en el marco de la ola de violencia que azota San Pablo en las últimas semanas.

Se trata de una guerra declarada entre una banda criminal y la policía que, en total, ya sufrió casi cien bajas en lo que va del año.

El Gobierno apunta al Primer Comando de la Capital, la mayor banda criminal de Brasil, que resurgió para proteger el narcotráfico frente a la briosa ofensiva de las fuerzas de seguridad que intentan “pacificar” las favelas de cara al Mundial de fútbol 2014.