Rusia ha tomado recientemente tres decisiones que han aumentado la inseguridad en el continente europeo. En primer lugar, anunció su salida del Tratado Internacional de Prohibición Completa de Ensayos Nucleares (TICEN), un tratado que había sido ratificado por Rusia en 2000 pero que nunca entró en vigor debido a la falta de ratificaciones necesarias, ya que Estados Unidos nunca lo firmó. Aunque Rusia ha afirmado que seguirá respetando el tratado, su salida ha generado preocupación en la comunidad internacional.