El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, fue contundente en cuanto al envio de gas ruso al resto de Europa: "Definitivamente no vamos a convertir eso en una organización benéfica para enviar gas gratis a Europa occidental", respondió Peskov, en una entrevista con la red de televisión pública estadounidense PBS, cuando se le preguntó si Rusia cortaría el gas a los países que se niegan a pagar en rublos (moneda rusa).

El 23 de marzo, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, anunció que los países a los que Moscú considera "poco amistosos", entre ellos los 27 miembros de la Unión Europea (UE), tendrán que pagar en rublos por el gas y pidió al Banco Central y al Gabinete de Ministros determinar en una semana el procedimiento para realizar esas transacciones.

El líder ruso recalcó que su país seguiría cumpliendo con sus contratos a rajatabla con los volúmenes y los precios establecidos. El precio del gas en el mercado europeo se disparó en los últimos meses, marcando máximos históricos.

Actualmente la UE importa el 90% del gas que necesita y Rusia sigue siendo su mayor proveedor con el 40% de los envíos. La UE se ha embarcado en una búsqueda frenética de gas por el mundo por la pugna geopolítica con Moscú debido a la crisis ucraniana. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), el consumo de gas en la UE alcanzó los 552.000 millones de metros cúbicos en 2021.