La amenaza bélica se produjo cuando Rusia afirmó el miércoles haber llevado a cabo un ataque con misiles en el sur de Ucrania que destruyó un "gran lote" de armas suministradas por Occidente.

Los países que ayudan a Ucrania “a los que se les mete en la cabeza entrometerse en los eventos en curso desde un lado y crear amenazas estratégicas inaceptables para Rusia, deben saber que nuestra respuesta a los contragolpes será muy rápida”; expresó Putin.

El líder ruso comentó en su discurso que tienen "todas las herramientas para esto, de las que nadie puede presumir. Y no nos jactaremos. Los usaremos si es necesario. Y quiero que todos sepan esto".

Putin prometió terminar lo que llamó la “operación militar especial” para apoderarse del territorio de Ucrania, que Moscú considera históricamente ruso. Y sacándose responsabilidad de encima culpó a las naciones de la OTAN y sus aliados por instigar la batalla que se libra actualmente en Ucrania.

Afirmó que la OTAN planeaba usar Ucrania como una ruta para invadir Rusia a través de la península de Crimea, que Moscú anexó en 2014, y la región fronteriza del este de Donbas, controlada por los separatistas.

“Todas las tareas de la operación militar especial que estamos realizando en Donbas y Ucrania, lanzada el 24 de febrero, se cumplirán incondicionalmente”, especificó Putin, y agregó que los intentos occidentales de “estrangular económicamente a Rusia” a través de sanciones no habían tenido el efecto deseado.