El primer ministro de Portugal, António Costa, ha presentado su renuncia después de que se iniciara una investigación en su contra por posibles delitos de prevaricación, corrupción y tráfico de influencias en negocios relacionados con el litio e hidrógeno. Aunque Costa ha negado las acusaciones y asegura que no ha cometido ningún acto ilícito, considera que su renuncia es necesaria, ya que el cargo de primer ministro no es compatible con la sospecha de cualquier acto criminal.