Este miércoles, Rusia interrumpió el suministro de gas a Europa a través de su principal ruta de abastecimiento: El gasoducto Nordstream 1. De acuerdo con Gazprom, la mayor extractora de gas natural del mundo y una de las empresa más importantes de Rusia, el corte se debió a "labores de mantenimiento rutinarias". Aseguran que estará fuera de servicio desde las 0100 GMT del 31 de agosto hasta las 0100 GMT del 3 de septiembre. 

En respuesta, la Unión Europea asegura que esta vez sí está preparada para hacer frente a la situación en comparación con el corte de hace unos meses. "Supongo que seremos capaces de afrontarlo", afirmó Klaus Mueller, presidente del regulador de la red alemana, en una entrevista a Reuters TV. "Confío en que Rusia vuelva al menos al 20% a partir del sábado, pero nadie puede decirlo realmente".

Los países de occidente temen que el Kremlin extienda el apagón en represalía a las sanciones impuestas por la invasión a Ucrania. Acusan a Valdimir Putin, presidente ruso, de utilizar los suministros de energía como "armas de guerra", mientras que Moscú ha citado razones técnicas para los cortes. 

"Nosotros y Gazprom han estado y siguen comprometidos con sus obligaciones, los contratos. Ahora simplemente no pueden cumplirlos debido a las restricciones y sanciones impuestas por la Unión Europea (UE), el Reino Unido y otros países", señaló el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov. 

Sin embargo, más restricciones a los suministros de gas por parte de Rusia profundizarían en Europa una crisis energética. Hasta el momento ya ha provocado un aumento del 400% en los precios mayoristas del gas desde el pasado agosto.