El prisionero de la bahía de Guantánamo Majid Khan de 41 años y sobreviviente de la tortura del gobierno de Estados Unidos dio un relato detallado de su brutal cautiverio a un jurado militar.

El hombre nacido en Arabia Saudita y criado en Pakistán fue sentenciado el viernes a 26 años de prisión tras declararse culpable de ayudar al grupo fundamentalista islámico.

Co parte del acuerdo de culpabilidad por haber colaborado , se le permitió leer una narración de sus vivencias en la polémica prisión de Guantánamo.

"Fui violado por médicos de la CIA". Eso afirmó  el condenado en un estremecedor relato de 39 página.

"Los estadounidenses me forzaron a un enema. No sé por qué hicieron esto y el dolor fue terrible. Revisaron mi cuerpo con sus manos y me tomaron fotos desnudo. Alguien me puso un pañal y me lo sujetó con cinta adhesiva de plomería", recordó en su narración, escrita a mano.

Khan, quien vivía en Baltimore (EE.UU.) antes de ser reclutado por al Qaeda, aseguró ante el tribunal que pasó días encadenado, a veces colgando, sin comida ni ropa, en celdas oscuras, con música a todo volumen, sin acceso a un baño o electricidad.

"No tenía acceso a un baño, ni siquiera a un inodoro, por lo que estaba obligado a hacer mis necesidades en una esquina", contó.

Según su relato, fue tanta la violencia en su contra que comenzó a decirles a los interrogadores lo que querían escuchar "para que acabaran los abusos". Sin embargo, "cuanto más cooperaba y les contaba, más me torturaban", expresó.

En su carta, asegura haber sido metido en una tina de agua con hielo, haber pasado días encadenado y recibido amenazas de posibles represalias contra su familia en EE.UU., todo lo cual lo llevó a estados de irrealidad.

"Después de dos días de ser colgado, privado de sueño y sujeto a temperaturas heladas, perdí mi noción de la realidad. Recuerdo alucinar, ver una vaca, una lagartija gigantesca", dijo.

De acuerdo con su testimonio, fueron los reiterados enemas y la alimentación anal forzada los que dejaron huellas más profundas en él.

Este fue el primer testimonio público de abusos cometidos en la base naval de EE.UU. en Guantánamo contra un detenido tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Nueva York y el Pentágono.