Desde hace semanas, la contraofensiva ucraniana ha estado resistiendo los ataques de las tropas rusas e incluso ha recuperado varias ciudades y regiones ocupadas. En busca de alternativas para continuar su asedio, Vladimir Putin acusó a Kiev y presentó la posibilidad de que la capital utilice una “bomba sucia”.

El Secretario de Estado de Polonia Stanisław Żaryn se manifestó en contra de estas aseveraciones de Moscú y se unió a la principales potencias occidentales señalando que, “en un esfuerzo descarado”, la intención de Rusia es convertir este tema “en un asunto internacional” y “fomentar la desconfianza hacia Kiev”. Según Żaryn, estas “mentiras” del Kremlin son prioridad en la agenda de la propaganda rusa. Con esto en mente, advirtió que es probable que el régimen de Putin haga uso de esas falsas acusaciones “para posibles ataques rusos de falsa bandera, de los que el Kremlin culparía posteriormente a Ucrania”.

“Rusia utiliza las mentiras y las falsas acusaciones para encubrir sus propios crímenes”, aseguró el secretario. Y finalizó: “La actividad propagandística de los funcionarios rusos que ocupan altos cargos diplomáticos es una prueba más de que la política exterior de Rusia está controlada por sus servicios especiales y que la diplomacia es utilizada por ellos para librar una guerra de información contra Occidente”.

La bomba sucia, también llamada arma radiológica, es un explosivo convencional, como la dinamita, enriquecido con material radiactivo que se disemina al estallar el explosivo, siguiendo una doctrina de uso similar a la de las armas químicas.

A pesar de las negaciones emitidas por Ucrania ante las acusaciones de Rusia, Putin nuevamente volvió a amenazar que el posible uso de la “bomba sucia” por parte de Kiev es “real”. Según Moscú, Kiev utilizaría esas bombas para luego culpar y responsabilizar de ello a las tropas invasoras.

“El que haya desconfianza hacia la información proporcionada por la parte rusa no significa que la amenaza del uso de una ‘bomba sucia’ no exista. La amenaza es real”, declaró el portavoz de la Presidencia rusa Dmitri Peskov.

Por su parte, el gobierno de Volodimir Zelensky desmintió en conversaciones con Estados Unidos y Francia las acusaciones de Rusia. También aclaró que todas sus instalaciones están abiertas para cualquier inspección que se pretenda realizar.

Para Occidente las acusaciones de Rusia contra Ucrania son un "pretexto para una escalada" del conflicto (REUTERS/Alexander Ermochenko)
Para Occidente las acusaciones de Rusia contra Ucrania son un "pretexto para una escalada" del conflicto (REUTERS/Alexander Ermochenko)

El Ministro de Exteriores ucraniano Dmytro Kuleba, en una charla con el Secretario de Estado norteamericano Antony Blinken, coincidió en que “la campaña de desinformación de Rusia sobre la ‘bomba sucia’ podría tener como objetivo crear un pretexto para una operación de falsa bandera”.

“A diferencia de Moscú, Ucrania siempre ha sido extremadamente responsable en cuestiones de seguridad nuclear. Todas nuestras instalaciones nucleares están abiertas al OIEA. Es fácil confirmar que las declaraciones rusas son un disparate”, declaró el Ministro de Defensa ucraniano, Oleksyi Reznikov.

A pedido de Kiev, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) visitará próximamente dos instalaciones nucleares de Ucrania, en busca de "cualquier posible actividad y material no declarados”. El director de la agencia de la ONU, Rafael Grossi, recordando que la organización visitó una de esas instalaciones hace un mes, comentó que no había indicios de presuntas irregularidades: “No se encontraron actividades o material sin declarar”.

A pesar de la ola de comentarios y rechazos por parte de Occidente hacia las declaraciones del Kremlin, el mandatario ruso mantuvo su postura y desafió a los aliados de Kiev. “Es asunto suyo si se lo creen o no”, comentó el portavoz Peskov.