El presidente norteamericano, Barack Obama, solicitó al Congreso mayores poderes para poder deportar a menores no acompañados hacia sus países de origen en América Central, desde la misma frontera de Estados Unidos que hayan cruzado ilegalmente.

El pedido de Obama, hecho en una carta enviada a los principales líderes del Congreso, busca enfrentar un creciente aluvión de menores no acompañados y de familias con hijos, procedentes todos de Guatemala, Honduras y El Salvador, que cruzan de manera ilegal la frontera sur de Estados Unidos.

La iniciativa, no obstante, enfrenta al mandatario demócrata, reelecto con el respaldo clave de los hispanos, con organizaciones, en su mayoría latinas, que promueven una reforma migratoria integral y que están frustrados con el alto nivel de deportaciones de la administración Obama.

En su carta, y a fin de lidiar con una situación que la Casa Blanca ha calificado de "crisis humanitaria", el presidente solicitó a los líderes parlamentarios penalidades más fuertes contra quienes se dediquen a la introducción ilegal de inmigrantes particularmente vulnerables, como los niños.

Además, el mandatario pidió "nuevas herramientas y recursos" para, entre otras cosas, poder elaborar "una agresiva estrategia de disuasión centrada en la remoción y la repatriación de personas que han cruzado la frontera recientemente".

En su misiva al presidente de la Cámara baja, el republicano John Boehner; la líder de la minoría demócrata Nancy Pelosi; el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid; y el de la minoría republicana, Mitch McConnell, el mandatario dijo que su gobierno está atacando el problema a ambos lados de la frontera.

"Esto incluye el cumplimiento de nuestra obligación legal y moral de asegurarnos de cuidar a los niños no acompañados que son detenidos de manera apropiada, mientras adoptamos medidas más agresivas para disuadir a adultos y niños de que hagan este peligroso viaje", insistió, citado por la agencia de noticias EFE.

Las autoridades policiales fronterizas del sur de Texas han enfrentado en los últimos meses una avalancha de miles de niños sin compañía y padres que viajan con sus hijos desde Honduras, Guatemala y El Salvador.

La ley estadounidense prohíbe al Departamento de Seguridad Nacional deportar a los niños inmigrantes inmediatamente después de su llegada al país en caso de que su nación de origen no comparta una frontera con este. De allí que se pueda deportar a un mexicano pero no tan fácilmente a un hondureño, por ejemplo.

La Patrulla Fronteriza de Texas detuvo a más de 52.000 niños inmigrantes que viajaban solos desde el inicio del corriente año fiscal, en octubre pasado.

Organizaciones que ya están muy molestas con Obama por su promesa incumplida de reformar la ley inmigratoria y por su negativa a parar por decreto el número récord de deportaciones de su gestión, criticaron duramente la decisión del mandatario.

"El presidente Obama le está pidiendo al Congreso que cambie la ley para permitir que el gobierno inflija una remoción expeditiva de niños no acompañados", dijo la organización Asociación de Abogados de Inmigración de Estados Unidos (AILA).

"Sin importar cómo se las llame, las deportaciones rápidas, sin una audiencia sustancial, de niños que, con juticia, tienen miedo de la violencia y agitación, son un error y contradicen los valores fundamentales de esta Nación", agregó Leslie Holman, presidenta de AILA, citada por la cadena CNN.

Marielena Hincapie, directora ejecutiva del Centro Legal Nacional para la Inmigración, dijo que el flujo transfronterizo de chicos "realmente requiere una respuesta humanitaria, no un incremento de las deportaciones". 

La carta de Obama, de tres páginas, detalla además que enviará una propuesta más detallada la semana próxima, a la vuelta del receso actual del Congreso por la festividad del 4 de julio.

"Espero con interés trabajar con ustedes para hacer frente a esta situación de urgencia lo más rápidamente posible", insiste el gobernante estadounidense en la nota.

Obama se ha puesto en contacto con los congresistas apenas dos días después de que varios medios estadounidenses adelantaran que el mandatario prevé pedir al Congreso nuevos fondos, por un valor de 2.000 millones de dólares, para afrontar el flujo de niños centroamericanos que llegan solos a la frontera.

Un funcionario de la Casa Blanca aseguró a EFE que está por confirmarse la cifra de esos fondos y agregó que se espera que Obama los solicite formalmente a partir del 7 de julio.

Los niños centroamericanos interceptados al llegar al país son reubicados en instituciones federales o con parientes dentro del país a la espera de que su caso avance a través del sistema de justicia migratoria, un proceso lento pero que conduce a la deportación en la mayoría de los casos.