Los choques ocurrieron pocas horas después de que la presidenta Dilma Rousseff convocara por cadena nacional al diálogo a los dirigentes de las concentraciones que conmueven al país, y que causaron al menos dos muertos.

Al atardecer se registraron algunos choques entre manifestantes y policías y fuerzas militares en cercanías al estadio Arena Fonte Nova, de Salvador de Bahia, donde el seleccionado de fútbol de Brasil se impuso por cuatro a dos al de Italia por la Copa de las Confederaciones.

Sin embargo, los disturbios más importantes ocurrieron en la avenida Antonio Carlos, donde la caballería de la policía embistió contra los manifestantes, y pese a la ofensiva de los agentes, un número importante de ellos logró burlar los controles y avanzar hacia el estadio recientemente reinaugurado.

Según la cadena Globo, al menos tres civiles y cuatro policías fueron heridos, uno de ellos de gravedad, en los choques ocurridos en la capital del estado de Minas Gerais, que ya había sido escenario de enfrentamientos el lunes pasado durante el partido entre Nigeria y Tahití, y el jueves cuando hubo disturbios en un centenar de ciudades de todo el país.

Este sábado mientras algunos inconformes lograban llegar hasta las cercanías del Mineirao otros se replegaron en la Universidad Federal de Minas Gerais o destruyeron frentes de comercios y una concesionaria de automóviles.

Los más exaltados, que coreaban consignas como "Fuera FIFA", incendiaron residuos y maderas, mientras lanzaban piedras contra las fuerzas del orden.

La mayoría de los reportes indican que hubo una multitud en las calles de la capital mineira y en las adyacencias del estadio. La cadena Globo señaló la presencia de más de 60.000 personas y el sitio UOL, del grupo Folha, mencionó unas 125.000, reseñó ANSA.

La Federación Internacional de Futbol Asociado (FIFA), que acaba de garantizar la continuidad de la actual Copa Confederaciones de fútbol y la realización del Mundial 2014, elogió hoy el discurso de la mandataria, que fue criticado por activistas y la oposición.

Además, manifestantes colocaron este sábado 500 pelotas de fútbol en la playa de Copacabana, la más conocida de Rio de Janeiro, donde protestaron contra los gastos que hace el gobierno para organizar la Copa del Mundo en 2014 y exigieron más presupuesto en salud, educación y seguridad.

La agrupación Rio de Paz volvió a concentrarse esta mañana, horas después del discurso en el que Rousseff elogió a los manifestantes "pacíficos" y censuró a los violentos que destrozaron edificios públicos en las movilizaciones del jueves, con más de un millón de participantes.

La mandataria convocó anoche a un "gran pacto" a gobernadores estaduales y líderes de las protestas sobre la base de tres ejes: la elaboración de un plan nacional de movilidad urbana que privilegie el transporte colectivo, la asignación de la totalidad de las regalías petroleras a la educación y la contratación de médicos extranjeros para ampliar la atención del Sistema de Salud.

"Nos preocupa el hecho de que ella (Rousseff) haya hablado de la violencia de los saqueadores, lo que es justo, pero no mencionó con el mismo énfasis la necesidad de que las fuerzas policiales no cometan abusos de poder; es sintomático que las manifestaciones ocurren en plena Copa de las Confederaciones" dijo Carlos Costa, fundador de Rio de Paz, citado por ANSA.

"Este es el tipo de discurso que hizo que el pueblo vaya a las calles, son palabras sueltas dichas al viento, ella debería decir al público que oyó la voz de las calles y adoptará las siguiente medida: reducir a 20 el número de ministerios (actualmente son 39)", dijo por su parte el senador Alvaro Dias, del opositor Partido de la Socialdemocracia.

A su vez, la FIFA aseguró en un comunicado que con el mensaje de la presidenta "nos fortalecimos en nuestra decisión de colaborar con el gobierno para una Copa de las Confederaciones y un Mundial 2014 seguros y exitosos para que los hinchas puedan disfrutar".

Además se anunciaron nuevas concentraciones para las próximas horas en San Pablo, Brasilia y Curitiba, en la región sur, junto a una decena de capitales.

Cerca de 50 manifestantes pasaron la noche acampando frente a la residencia del gobernador de Río de Janeiro, Sergio Cabral, y amenazan con permanecer en el local hasta ser escuchados por el gobernante, consginó EFE.

La protesta comenzó anoche en el turístico barrio de Ipanema, desde donde unos 1.000 manifestantes marcharon hasta el vecino barrio de Leblon para estacionarse frente a la residencia particular de Cabral.

Los manifestantes, que esperan refuerzos este domingo, quieren que el gobernador se pronuncie sobre supuestos excesos de la policía en la represión a la manifestación del pasado jueves que congregó a cerca de 300.000 personas en el centro de la ciudad, y que terminó en un enfrentamiento entre pequeños grupos violentos y la policía que se extendió por varias calles.