El bombardeo por parte de Rusia hacia un “convoy humanitario” dejó un saldo de 30 civiles muertos y 88 heridos. El ataque con misiles fue dirigido hacia una cola de autos en Zaporiyia. De acuerdo a un testigo, las personas estaban intentando marcharse de la zona ocupada por el Kremlin, ya que en pocas horas iba a ser anexada a Rusia. De igual manera, habían muchos civiles que estaban intentando recoger a sus familiares o recibiendo ayuda

“A las siete de la mañana, Zaporiyia fue atacado brutalmente por el enemigo. Después de un tiempo, sobre las nueve, se llevó a cabo un segundo bombardeo”, declaró a los medios el portavoz de la Presidencia ucraniana, Kirilo Timoshenko. Según Kiev, el Ejército del Kremlin utilizó 16 misiles S-300, sin embargo, tres de ellos fueron los que impactaron en el convoy humanitario. 

El poder destructivo de los proyectiles fue tal que la mayoría de las víctimas murieron en el acto. Asimismo, algunos cuerpos quedaron desperdigados por las calles tras el impacto. “Solo los terroristas completos pueden hacer esto, quienes no deberían tener lugar en el mundo civilizado”, aseguró el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. “Escoria sedienta de sangre. Definitivamente responderá por cada vida perdida”, declaró refiriéndose al presidente ruso, Vladimir Putin.

Por su parte, Rusia niega haber atacado deliberadamente a los civiles. El funcionario de la administración instalada por Rusia en la región de Zaporizhzhia, Vladimir Rogov, culpó del ataque a las fuerzas ucranianas. Ante esto, el coronel de policía de la región, Sergiy Ugriumov, declaró a Reuters que los militares rusos “saben que aquí se forman columnas para ir a los territorios ocupados. Tenían las coordenadas”.