Anders Breivik, imputado por la matanza de 77 personas el año pasado en Oslo y Utoya, afirmó ante el tribunal que lo juzga que lo "volvería a hacer", pues consideró que los asesinados en Utoya "no eran jóvenes inocentes. Los militantes del Partido Laborista están adoctrinados: no niños inocentes, sino activistas políticos", argumentó el autor de las matanzas del 22 de julio de 2011.

"Matar a 70 personas puede impedir una guerra civil", agregó en referencia a sus víctimas. "Las personas que me acusan de ser malvado confunden ser malvados con ser violentos", alegó el imputado, que leyó un documento escrito por él mismo donde pide ser absuelto por haber actuado en legítima defensa.

La diferencia, según Breivik, reside en las intenciones: ciertos actos de violencia pueden prevenir violencias mayores,alegó. "Cuando la revolución pacífica es imposible, la única vía es la revolución violenta", sostuvo. Durante la jornada Breivik evocó la existencia de "otras doscélulas" autónomas, cada una constituida por un solo individuo.

El término "comandante" que usó para sí se refiere a "una persona que tiene una autoridad y conexiones con otras dos células", explicó Breivik ante el tribunal de Oslo. "Terminar mi vida en prisión o morir por mi pueblo representan al mayor honor que podría obtener", agregó el asesino.