O.J. Simpson fue un jugador de fútbol americano que pudo haber sido recordado como uno de los grandes ídolos de la NFL, pero su biografía estará marcada por un trágico suceso que lo ha acompañado a lo largo de los años. En 1997, fue declarado culpable por el asesinato de su exesposa, Nicole Brown, y de Ronald Goldman, un crimen que conmocionó a la opinión pública de Estados Unidos.