Ocho inmigrantes murieron ahogados al intentar cruzar a nado por una zona fronteriza entre Marruecos y Ceuta, enclave español del norte de África, en un nuevo capítulo negro de la historia de los "sin papeles" que buscan un futuro mejor en España. Los cadáveres de los inmigrantes fueron hallados a primera hora de la mañana en las proximidades del espigón situado en la frontera de Tarajal, el único paso fronterizo habilitado para el tránsito entre Ceuta y Marruecos, según informaron autoridades españolas.

Por el momento, las autoridades marroquíes confirmaron sólo la muerte de siete emigrantes subsaharianos, uno de ellos una mujer. En la zona se produjo un intento masivo por alcanzar territorio español, que fue repelido por las fuerzas de seguridad marroquíes. Unos 400 inmigrantes avanzaron hacia la zona fronteriza desde los montes de Marruecos próximos a la Aduana y, ante la intervención de la Gendarmería marroquí, muchos de ellos se lanzaron al agua de forma desesperada e intentaron llegar a nado a España.

Otros corrieron por la zona habilitada al tránsito, pero fracasaron en su empeño al ser persuadidos por los agentes de seguridad. Por el momento, los equipos de rescate marroquíes hallaron ocho cadáveres y rescataron a una decenas de inmigrantes, indicaron fuentes de la Delegación del gobierno español en Ceuta. El Pleno de la Asamblea de Ceuta rindió un homenaje a los fallecidos con un minuto de silencio, coincidiendo con una iniciativa de condena al Holocausto ya prevista.

La frontera ceutí no registraba un intento masivo de entrada desde fines de 2013, aunque la zona de Tarajal se convirtió en altamente sensible en los últimos años, ya que los indocumentados se empeñan en cruzar por allí a nado, rodeando la escollera de piedras que conforma un espigón que se adentra unos 200 metros en aguas de la bahía.

Un vallado de 8,2 kilómetros coronado con peligrosos alambres de púas -cuestionados por la propia Unión Europea (UE) por las graves heridas que ocasiona- busca persuadir a los inmigrantes indocumentados de cruzar la frontera de Ceuta, pero aún así lo intentan de a docenas cada día.  El vallado, que está sometido a una constante vigilancia, se elevó hasta los 6 metros tras la crisis de los intentos masivos de entrada de inmigrantes en territorio español ocurrida entre septiembre y noviembre de 2005.