Miles de personas acudieron hoy a una iglesia de St. Louis (Missouri) al funeral del joven afroamericano Michael Brown, que murió el pasado 9 de agosto a manos de un policía blanco y cuya muerte provocó violentos disturbios raciales en la localidad de Ferguson.
 
Sobre el ataúd de Michael Brown, rodeado de flores, reposaba la gorra de beisbol de St. Louis Cardinals que el joven afroamericano
llevaba cuando murió. Junto al ataúd se podían ver algunas fotos del joven de 18 años en distintos momentos de su vida.
 
"Pedimos justicia para Michael Brown", dijo hoy el abogado de la familia, Benjamin Crump. 
 
"La sangre de Michael Brown está clamando desde el suelo, está clamando por venganza, está clamando por justicia", dijo el reverendo Charles Ewing, tío del fallecido, durante el funeral. 
 
Por su parte el reverendo Al Sharpton, uno de los líderes más destacados de los derechos civiles en Estados Unidos, lamentó que el joven tuviera que ser enterrado cuando debería estar en esos momentos en clase comenzando su segunda semana en la universidad.
 
Al funeral de Brown en la iglesia bautista Friendly Temple Missionary de St. Louis se esperaban que acudieran otros líderes de
los derechos civiles como Jesse Jackson y Martin Luther King III, el director de cine Spike Lee y los raperos Diddy y Snoop Lion, así como los familiares de otros dos jóvenes afroamericanos asesinados Sean Bell y Travon Martin.
 
La iglesia, con capacidad para 2.500 concurrentes sentados, se vio desbordada por las miles de personas que acudieron al templo para dar su último adiós a Michael Brown. Cientos de personas y decenas de periodistas esperaban fuera.
 
Michael Brown fue asesinado el 9 de agosto por Darrel Wilson, un policía blanco, cuando iba caminando con un amigo por Ferguson, una localidad de 21.000 habitantes en las afueras de St. Louis y en la que el 67 por ciento de la población es negra.
 
Las versiones de la policía y los testigos sobre la muerte de Brown difieren. La policía sostiene que el joven atacó a un policía después de que éste le ordenara salir del medio de la calle. Tras un forcejeo en el que Brown intentó quitarle el arma, el agente Darren Wilson le disparó. 
 
Varios testigos aseguran que el policía disparó a Brown cuando éste intentaba huir. Su amigo y otros testigos sostienen que Brown tenía las manos levantadas, en señal de rendición, cuando el agente disparó. 
 
Brown, que iba desarmado, recibió al menos seis disparos: dos en la cabeza y cuatro en el brazo derecho, según una autopsia
preliminar.
 
La muerte de Brown a manos de un policía blanco provocó fuertes disturbios raciales en Ferguson, aunque al final de la semana pasada la situación comenzó a calmarse. Desde entonces se han sucedido las manifestaciones pacíficas.
 
El padre de Michael Brown hizo este fin de semana un llamamiento a la calma durante el funeral del joven asesinado.
 
"Por favor, callen por un día, para que yo, para que nosotros podamos enterrar a nuestro hijo. Es lo único que les pido", suplicó
el sábado Michael Brown padre.