La crisis energética mundial tiene tambaleando a las grandes potencias, pero también está acuñando ganadores: el principal, Rusia. Durante años, el gobierno del presidente Vladimir Putin ha sido criticado por la negativa de Moscú a avanzar rápidamente hacia la energía limpia. Ahora está cosechando los beneficios de esa decisión, con una Europa, China e India hambrientas de energía que buscan el gas y el carbón rusos como salvadores.