Después del ataque suicida en el aeropuerto de Kabul que se llevó unos 170 muertos hasta ahora, de lo cuales, al menos 13 fueron soldados norteamericanos, la operación de evacuación ordenada por el presidente Joe Biden, quedó expuesta como un notable fracaso.

Pese a que el presidente salió a clamar por venganza en declaraciones televisivas, a nadie la resulta muy creíble que los norteamericanos puedan ejecutar un ataque al tiempo que se desesperan por abandonar el país en el plazo que le pusieron los talibanes.

Por otro lado, los propios funcionarios Biden, más que pensar en venganza, temen mas ataques. “Todavía creemos que hay amenazas específicas y creíbles”, dijo el portavoz del Departamento de Defensa, John Kirby. 

Por otro lado, la mayoría de los paises occidentales tienen todavía muchas personas por evacuar y los plazos se agotan, varios de ellos, como Francia ya adelantaron que seguirán sacando gente incluso después del plazo final porque no dan abasto.

Los talibanes, hábiles condenaron el ataque en la voz de Zabihullah Mujahid, pero a la vez el portavoz indicó que la explosión “tuvo lugar en una zona donde las fuerzas estadounidenses son responsables de la seguridad”.