Los legisladores mexicanos aprobaron una controvertida reforma del organismo que supervisa las elecciones del país, una medida que los críticos advierten que debilitará la democracia antes de las elecciones presidenciales del próximo año.

El presidente Andrés Manuel López Obrador argumenta que la reorganización ahorrará $150 millones al año y reducirá la influencia de los intereses económicos en la política.