El Senado de Italia dio media sanción a un plan de ajuste negociado con la Unión Europea (UE) que mañana pasa a la Cámara de Diputados para su aprobación definitiva, en medio de presiones europeas y de los mercados para que el país evite un default que amenace el futuro del euro.

La aprobación definitiva del paquete de reformas debería seguirse de la prometida renuncia del primer ministro Silvio Berlusconi y la designación de un sucesor que intente formar un nuevo gobierno para implementar el plan, que no obstante la UE ya advirtió que no alcanzará para enterrar los temores de una cesación de pagos.

En coincidencia con el voto en el Senado, la firme posibilidad de que el economista ortodoxo Mario Monti sea designado al frente de ese nuevo gobierno post-Berlusconi calmó a los mercados por segundo día, luego de que los indicadores de Italia tuvieran algunas de sus jornadas más negras desde que se creó el euro.

Italia está bajo presión de sus socios de la Eurozona para aclarar su panorama político y probar que tiene una estrategia para manejar su deuda de 1,9 billones de euros, que representa el 120% de su PBI y es la mayor de la Eurozona tras la de Grecia. Pero la economía no crece hace 15 años, y en la última década sus gobiernos no adoptaron las reformas que según la UE son necesarias para revivirla.