En medio de la represión del Ejército sirio, cada vez más ceñida sobre la zona fronteriza de ese país, más de mil quinientos ciudadanos huyeron hacia Turquía en una sola jornada.

En tanto, la oposición preparaba una nueva jornada de protesta nacional, en el tercer mes de revuelta contra el gobierno.

A esta altura, son casi doce mil los sirios refugiados en el país euroasiático. Según grupos de derechos humanos locales, más de mil cuatrocientas personas fueron asesinadas y más de diez mil detenidas por las fuerzas adictas al Gobierno de Assad.

En tanto, la Unión Europea anunció nuevas sanciones internacionales, mientras que la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, le exigió a Damasco que retire sus tropas de la frontera con Turquía.

El gobierno sirio restringió al máximo la cobertura periodística de las protestas, por lo que es casi imposible una verificación independiente de los sucesos.