El ex presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, inició lo que espera sea un final sensacional para una de las carreras políticas más extraordinarias de América Latina, declarando públicamente su intención de desafiar a Jair Bolsonaro por la presidencia e instando a los ciudadanos a unirse contra el populismo de extrema derecha, la “incompetencia y autoritarismo”.

Hablando en un mitin en São Paulo, donde el ex tornero comenzó su espectacular ascenso al poder como líder sindical hace más de cuatro décadas, Lula expresó públicamente su ambición de recuperar la presidencia por primera vez.

“Estoy seguro de que vamos a lograr hacer la revolución pacífica más grande que el mundo haya visto jamás”, dijo el izquierdista de 76 años a miles de simpatizantes, que se habían reunido para el lanzamiento de lo que Lula llamó un anti-partidario multipartidista.

"Tenemos un sueño. Nos mueve la esperanza, y no hay fuerza mayor que la esperanza de un pueblo que sabe que puede volver a ser feliz… Una vez más vamos a cuidar a Brasil y al pueblo brasileño”, dijo Lula.

Los asientos ante él estaban ocupados por quién es quién de la izquierda brasileña, así como por celebridades, intelectuales, líderes sindicales y activistas de base que habían viajado desde todo el país, unidos en su deseo de evitar que Bolsonaro regrese al poder cuando casi 150 millones de brasileños, elijan a su próximo líder en octubre.

“Bolsonaro representa la muerte de nuestro pueblo, nuestro exterminio... Lula es todo lo contrario: representa la esperanza”, dijo Nathália Purificação, de 23 años, activista afrobrasileña de Bom Jesus da Lapa, en el estado nororiental de Bahía.