A pesar de las promesas de los talibanes de unos medios de comunicación "libres e independientes", los periodistas y trabajadores de los medios de comunicación se han enfrentado a detenciones, abusos físicos y torturas desde que el grupo se apoderó de Afganistán hace seis semanas.

Ahora, un nuevo conjunto de regulaciones de medios emitidas a principios de esta semana por los talibanes tiene a los periodistas y defensores de derechos preocupados de que el grupo se esté moviendo hacia la censura absoluta de los medios, reviviendo los recuerdos de su gobierno represivo en la década de 1990.

Las 11 directivas incluyen el requisito de que: "Los medios de comunicación prepararán informes detallados en coordinación con el Centro de Información y Medios del Gobierno (GMIC)", que actualmente está dirigido por Mohammad Yusuf Ahmadi, un ex portavoz del grupo durante su rebelión de 20 años contra la ocupación estadounidense.

Los medios de comunicación enfrentaron desafíos bajo administraciones afganas anteriores, incluido el gobierno del ex presidente Ashraf Ghani, que a menudo fue criticado por su falta de transparencia y actitudes hostiles hacia los medios de comunicación.

Sin embargo, a pesar de estas dificultades, Afganistán tenía la distinción de tener una calificación de libertad de prensa más alta que Turquía, Pakistán, Irán, India, Tayikistán, Uzbekistán y Turkmenistán.

Pero desde la toma de posesión, a los periodistas les resulta cada vez más difícil operar bajo el llamado "Emirato Islámico" de los talibanes.

Sami Mahdi, un conocido periodista de televisión que publicó recientemente un informe sobre el estado de los medios de comunicación bajo el gobierno de los talibanes, dice que el grupo ha estado enviando señales muy claras sobre su actitud hacia los medios desde su toma de posesión el 15 de agosto.

"Desde el día en que los talibanes se apoderaron de Kabul, los medios de comunicación se han enfrentado a mucha presión y violencia solo por hacer su trabajo diario", dijo Mahdi, en referencia a informes recientes de violencia e intimidación contra la cobertura de manifestaciones y entrevistas.

Más de 150 medios de comunicación ya han cerrado por temor a una mayor intimidación por parte de los talibanes y la falta de financiación desde que los gobiernos internacionales cortaron la asistencia a Afganistán tras la caída de Kabul. Para los periodistas afganos, las nuevas directrices son la primera señal directa de que los talibanes intentan amordazar a los otrora prósperos medios de comunicación del país.