En Vietnam, muchos dueños de negocios, ya sean grandes o pequeños, privados o estatales, consultan a los adivinos para obtener orientación sobre las decisiones corporativas.

Si bien solo alrededor del 14 por ciento de la población en el Vietnam oficialmente comunista practica una religión formal, generalmente el catolicismo o el budismo, la espiritualidad impregna cada rincón y grieta de la sociedad.

Para muchos vietnamitas, consultar a un adivino no solo es una forma de obtener tranquilidad, sino también de expresar respeto por las fuerzas sobrenaturales. En la cultura vietnamita, la vida y la muerte están determinadas por el destino, mientras que la prosperidad y los privilegios dependen del cielo. El éxito requiere no solo talento y trabajo duro, sino también buena fortuna otorgada sobrenaturalmente conocida como loc. Para cultivar esa buena fortuna, los vietnamitas realizan rituales para expresar su gratitud al cielo y a sus ancestros.

Master Dung, una horóscopista de 28 años de Hanoi, le dijo a Al Jazeera que sus clientes buscaban con mayor frecuencia lecturas sobre su salud o planes de negocios.

“Cuanto más grande y arriesgada es su inversión, más frecuentemente los clientes buscan adivinación”, dijo Dung, quien pidió ser referida solo por el nombre de su empresa.

Dependiendo de la familiaridad con sus clientes, Dung ofrece diferentes paquetes que van desde $9 a $36 por sesión de una hora.

Dung dijo que si bien los adivinos basaron sus consejos en el horóscopo, su enfoque se centró en la resolución práctica de problemas.

“Siempre les digo a mis clientes que su conducta moral mejorada puede cambiar el destino, y mis mensajes a menudo suenan positivos; de lo contrario, siempre se sentirán mal y nunca volverán”, dijo Dung.

En Vietnam oficialmente secular, se hace una clara distinción entre las religiones formales y las prácticas rituales como la lectura de la palma de la mano y el culto ancestral.

Después de la liberalización económica en la década de 1980, el gobierno comunista relajó la aplicación de las leyes contra la superstición en tiempos de guerra, según las cuales muchas prácticas populares se consideraban atrasadas y enemigas del orden social.

En 2006, el Departamento de Estado de EE. UU. eliminó a Vietnam de la lista de “países de especial preocupación” con respecto a la libertad religiosa.