China ha cerrado una ciudad de 4 millones de habitantes en un intento de acabar con un brote de coronavirus nacional, y se les ha dicho a los residentes que no salgan de casa excepto en casos de emergencia.

Beijing impuso controles fronterizos estrictos en las semanas posteriores a la primera detección del Covid-19 en China a fines de 2019, lo que ralentizó el número de casos y permitió que la economía se recuperara.