The Guardian. Aleksandr Gorbunov, un inversionista inmobiliario de la ciudad siberiana de Krasnoyarsk, tuvo una solución simple cuando Zara, el gigante español de la ropa, cerró sus tiendas en Rusia por la invasión de Ucrania: importarlo él mismo.

“La idea de comenzar a vender Zara vino de mi esposa, quien dijo que realmente quería que la ropa regresara”, dijo Gorbunov, y aseguró que el viernes abriría una tienda llamada Panika (pánico) que vende exclusivamente productos de Zara y Zara Home.