El presidente de Rusia, Vladimir Putin, hizo declaraciones televisadas durante una videollamada con altos funcionarios económicos en las cuales resaltó que “la estrategia del bombardeo económico fracasó” y en cambio condujo a un “deterioro de la economía en Occidente”.

El mandatario señaló que "Rusia ha resistido una presión sin precedentes”, argumentando que el rublo se ha fortalecido y que el país ha registrado un superávit comercial histórico de 58.000 millones de dólares en el primer trimestre del año.

Sin embargo, reconoció que se produjo un fuerte aumento en los precios al consumidor en Rusia, que aumentaron un 17,5% a partir de abril y ordenó al gobierno que indexe los salarios y otros pagos para aliviar el impacto de la inflación en los ingresos.

El Banco Central de la Federación Rusa duplicó su tasa de interés clave al 20% el 28 de febrero cuando se sintieron las primeras sanciones, antes de recortarla al 17% el 8 de abril.

La directora del Banco Central, Elvira Nabiullina, declaró: "Debemos tener la posibilidad de bajar la tasa clave más rápido y crear condiciones para aumentar la disponibilidad de crédito para la economía”. 

Cabe señalar que las sanciones extranjeras han congelado unos 300.000 millones de dólares de los aproximadamente 640.000 millones de dólares que Rusia tenía en sus reservas de oro y divisas.