¿Otra primavera árabe?. Tal vez. En aquella ocasión, unos 50 jóvenes universitarios egipcios, hombres y mujeres, educados en Europa, generaron el último gran movimiento político de masas en Medio Oriente, usando Twitter. 

El fenómeno iraní tiene similitudes y diferencias. Hay un disparador, un homicidio brutal, ridículo, injustificable. Pero uno más. Había, como en la Primavera Árabe un caldo de cultivo, un hartazgo. También se produjo un efecto multiplicador y los estudiantes (en este caso las), entraron a la lucha demoradas, no la iniciaron.