En el centro de vacunación fuera de la estación de tren de Termini en Roma, un flujo constante de personas ha estado llegando para recibir su primera dosis de vacuna Covid en los últimos días. Es cierto, lo hacen de mala gana. “Si no tuviera que hacerlo, no lo haría”, dijo Rosanna Barbuto, trabajadora de un supermercado. Catalin, de 41 años, que trabaja en una fábrica, dijo: "Lo tomo porque necesito trabajar", explica a The Guardian.