Después de pasar una década tratando de desintoxicar la imagen del partido antiinmigración de extrema derecha en el que reemplazó el liderazgo de su padre, Marine Le Pen alcanzó esta semana sus índices de audiencia y su popularidad más altos.

Las encuestas la muestran no solo llegando a la segunda ronda contra el presidente centrista Emmanuel Macron el 24 de abril, sino también cerrando la brecha significativamente. Una encuesta de Ifop alarmó al campo de Macron al mostrar que Le Pen alcanzó el 47% frente al 53% del propio Macron, el margen más estrecho hasta ahora y mucho más cerca que cuando la derrotó con el 66% en 2017.