La Corte Suprema de Estados Unidos estudiará este miércoles el caso de Abu Zubaydah, torturado por la CIA hace dos décadas en un centro de detención secreto en Polonia por supuestamente pertenecer a Al Qaeda, a pesar de que el Gobierno desea mantener el caso oculto por asuntos de supuesta seguridad nacional.


Zubaydah quiere que el Alto Tribunal obligue a dos psicólogos de la CIA que dirigieron los brutales interrogatorios de sospechosos detenidos tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, en medio de la “guerra contra el terrorismo”, a testificar en contra de Polonia, donde dice haber sido torturado por la inteligencia estadounidense entre 2002 y 2003.

Pero la CIA y el Departamento de Justicia de Estados Unidos se defienden con el argumento de que se trata de “secretos de Estado” que podrían afectar la seguridad nacional. El palestino de origen saudí, Zayn Al-Abidin Muhammad Husayn, mejor conocido a sus 50 años como Abu Zubaydah, fue detenido en Pakistán en 2002 e interrogado en diversas cárceles secretas de la CIA, antes de aterrizar en la instalación militar de Guantánamo, Cuba, en 2006.

Fue el primer reo capturado por Estados Unidos en ser sometido a técnicas violentas de tortura como ahogamiento o golpes, presuntamente en Tailandia y Polonia, entre otros lugares. Tras enviarlo a Guantánamo, la CIA aceptó que nunca fue miembro de Al Qaeda ni estuvo involucrado en la planeación de los ataques del 11 de septiembre, según divulgó un informe del Senado.

Pero Zubaydah sigue preso sin cargos en Guantánamo. Su liberación ha sido reiteradamente bloqueada por el Gobierno, que lo acusa de defender incondicionalmente a Al Qaeda. En 2010, demandó al Gobierno polaco por su trato. Respaldado por la Corte Europea de Derechos Humanos, necesita la declaración de los psicólogos James Mitchell y Bruce Jessen para su demanda.

El Gobierno de Estados Unidos y la CIA quieren frenar los testimonios, a pesar de que oficiales polacos reconocieron la existencia del sitio de detención de la CIA, y el Senado estadounidense documentó el trato inhumano que recibió Zubaydah en manos de las autoridades americanas y polacas.

“Parte de la información –incluyendo la identidad de sus socios de inteligencia extranjera y la localización de antiguos centros de detención de la CIA en sus países– no puede ser desclasificada sin arriesgar un daño indebido a la seguridad nacional”, defiende el Gobierno estadounidense.