Beijing mantiene por tercer día consecutivo un nivel de contaminación que hoy superó en casi 27 veces el máximo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y que llevó a decretar el alerta naranja que implica paralizar la producción industrial y sugerir a la población que no salga de sus casas. La concentración de partículas PM 2,5 (las más dañinas para la salud) llegó a los 634 microgramos por metro cúbico, según el medidor de la embajada de Estados Unidos en la capital china, un nivel ligeramente más bajo que el registrado ayer, donde hubo máximas de 666 microgramos.

Esta cantidad igualmente es casi 27 veces el nivel máximo recomendado por la OMS de 25 microgramos de partículas PM 2,5, aquéllas de un diámetro inferior a las 2,5 micras y las más peligrosas para la salud, ya que, por su tamaño, tienen más facilidad para penetrar en el organismo. La capital china se levantó este martes con una capa de contaminación de color gris/pardo todavía más densa que la del día anterior, fruto de la humedad y la falta de viento, lo que dificulta la visión en toda la ciudad.

La Oficina de Meteorología de Beijing también avisó esta mañana de que se mantiene el alerta naranja, lo que implica medidas como obligar a las plantas industriales a reducir o parar su producción o restricciones en las obras públicas y actividades de construcción. En este contexto, las autoridades obligaron a 2.100 fábricas a detener su producción, mientras que la agencia estatal Xinhua explicó que inspectores de seguridad detuvieron a vehículos de transporte que se saltaban la prohibición en diversos puntos de la ciudad.

Las autoridades también recomendaron a la población que no salga si no es imprescindible, especialmente a los niños y ancianos. En ese sentido, las escuelas recibieron la orden de mantener a los alumnos en el interior de los establecimientos, sin realizar actividades en el exterior.