El líder opositor más conocido de Venezuela, Juan Guaidó, aterrizó en los Estados Unidos después de ser expulsado sin contemplaciones de Colombia mientras intentaba colarse en una cumbre sobre el futuro político de su país.

Guaidó consiguió notoriedad pública principios de 2019 y por un breve momento pareció estar listo para derrocar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, con el apoyo de docenas de gobiernos extranjeros, incluidos Estados Unidos, Reino Unido y Brasil.

Pero cuatro años después, la estrella política de 39 años se ha desvanecido como resultado de su fracaso en derrocar al heredero político de Hugo Chávez. Maduro aplastó las protestas callejeras y consolidó su poder. La mayor parte de la comunidad internacional ha abandonado la “presidencia” y el “gobierno interino” paralelos de Guaidó.

Y potencias regionales clave como Colombia y Brasil han elegido líderes de izquierda que han revivido los lazos con la administración de Maduro y condenaron el intento de Guaidó de derrocarla mediante el uso de la presión extranjera para provocar un levantamiento militar.

A última hora del lunes, Guaidó anunció que había cruzado a Colombia a pie para escapar de la “persecución” de Maduro y asistir a una cumbre internacional organizada por el presidente de Colombia, Gustavo Petro, en un esfuerzo por resolver la crisis política de Venezuela.

Sin embargo, horas después Guaidó fue expulsado de Colombia por funcionarios de Migraciones y abordó un avión rumbo a Estados Unidos, en donde aterrizó durante la madrugada del martes. “Lamentablemente, la persecución de la dictadura se extendió hoy a Colombia”, dijo en un video.

“Guaidó no lo dijo, pero todo indica que no volverá a Venezuela”, tuiteó Luz Mely Reyes, una destacada periodista venezolana, cuando el político aterrizó en Miami. Christopher Sabatini, especialista en América Latina de Chatham House en Londres, dijo que la decisión de Colombia de enviar a Guaidó a empacar era un melancólico reflejo de cuán dramáticamente había cambiado su posición política desde principios de 2019, cuando lideró enormes protestas en las calles de Caracas y disfrutó de un enorme reconocimiento mundial.

“Es una especie de triste final para su supuesta presidencia”, dijo Sabatini, quien agregó que sospechaba que la decisión de Guaidó de viajar a Colombia era un truco político diseñado para reafirmar su autoridad menguante sobre la oposición de Venezuela.