En Japón, aumentó el nivel de radiación en el mar cercano a la plata de Fukushima.

Se detectó una tasa de yodo radiactivo mil doscientas cincuenta veces superior a la permitida.

Los niveles de esta sustancia estaban el viernes ciento cuarenta veces por encima de lo normal.

Mientras, en Tokio, los niveles siguen siendo “no perjudiciales para la salud”.

Varios camiones continúan arrojando agua sobre los reactores de la central nuclear para lograr que se enfríen.

La cifra oficial de víctimas mortales por el terremoto y el posterior tsunami ascendieron diez mil ciento cincuenta y uno, y la de desaparecidos, a diecisiete mil cincuenta y tres.