Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, señaló que el petróleo crudo ruso debería estar prohibido dentro de seis meses y los productos refinados para fin de año, con la intención de paralizar los esfuerzos de guerra de Putin. Sin embargo, Hungría se opone y Eslovaquia quiere una exención.

“Seamos claros: no será fácil”, señaló Von der Leyen al Parlamento Europeo. “Algunos estados miembros dependen fuertemente del petróleo ruso. Pero simplemente tenemos que trabajar en ello. Ahora proponemos una prohibición del petróleo ruso. Esta será una prohibición total de importación de todo el petróleo ruso, por mar y por oleoducto, crudo y refinado".

Desde el inicio de la guerra en Ucrania el 24 de febrero, la ONG Europe Beyond Coal calcula que la Unión Europea ha enviado unos 21.000 millones de euros a Rusia en pago de petróleo. Las importaciones rusas representan el 25 % de las importaciones de petróleo a Europa y son una de las principales fuentes de ingresos del Kremlin, pero el nivel de dependencia varía. Los ministros eslovaco y húngaro ya han dicho que buscarán exenciones de las propuestas.

El ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Péter Szijjártó, escribió en Facebook: “En su forma actual, no se puede apoyar el paquete de sanciones de Bruselas, no podemos votar responsablemente por él. Hungría solo podría estar de acuerdo con estas sanciones si las importaciones de petróleo crudo por tuberías estuvieran exentas de las restricciones. Entonces se podría mantener la seguridad energética de Hungría. Ahora no se puede".

Para poder llevar a cabo esta sanción debe haber una unanimidad en los Estados miembros de la Unión Europea cuyos representantes en Bruselas están analizando los detalles con la esperanza de llegar a un acuerdo para el final de la semana.