Cuando Estados Unidos invadió Afganistán en 2001, la economía global se veía muy diferente. Claor, Tesla Inc todavía no era una empresa, el iPhone no existía y la inteligencia artificial er solo era conocida en las  películas de Steven Spielberg.

Sin embargo, ahora los tres están a la vanguardia de una economía moderna impulsada por los avances en chips de alta tecnología y baterías de gran capacidad fabricadas con una variedad de minerales, incluidas las tierras raras. Y Afganistán tiene depósitos estimados en un billón de dólares o más, incluidas las que pueden ser las reservas de litio más grandes del mundo, si es que alguien puede sacarlas del suelo.