De acuerdo al periódico The Economist, en los círculos políticos demócratas se está gestando un descontento por el enorme gasto en apoyo de Kiev tras la aprobación de un presupuesto suplementario de 40.000 millones de dólares en mayo.

"La ayuda a Ucrania está destinada a durar hasta el final del año fiscal, el 30 de septiembre, pero nadie sabe con certeza cuándo se acabará el dinero", destaca la publicación.