El Departamento de Estado de Estados Unidos ha anunciado recompensas de hasta 5 millones de dólares cada una por información que ayude a las autoridades a capturar y condenar a cuatro líderes mexicanos del cartel de la droga, incluido el hermano del infame traficante Joaquín “El Chapo” Guzmán.

Junto con Aureliano Guzman-Loera, las autoridades estadounidenses también están intensificando la persecución de los hermanos Ruperto Salgueiro-Nevarez, José Salgueiro-Nevarez y Heriberto Salgueiro-Nevarez.

El cuarteto ha sido "acusado en las acusaciones de Estados Unidos por violar las leyes de drogas de Estados Unidos, que incluyen conspiraciones internacionales para distribuir marihuana, cocaína, metanfetamina y fentanilo", dijo el viernes el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, en un comunicado.

El fentanilo, un opioide sintético altamente peligroso, es "responsable de más del 63 por ciento de las 96.779 muertes por sobredosis de drogas en los Estados Unidos entre marzo de 2020 y 2021", agregó Price.

Los cuatro hombres operan bajo el paraguas de la federación del Cartel de Sinaloa, uno de los grupos narcotraficantes más notorios de México, que El Chapo dirigió hasta su captura y encarcelamiento más reciente en 2016.

Guzmán fue extraditado a Estados Unidos un año después y desde entonces ha sido condenado a cadena perpetua. Su esposa fue arrestada en los Estados Unidos en febrero y luego se declaró culpable de tres cargos de conspirar para distribuir drogas ilegales, conspirar para lavar dinero y participar en tratos financieros con el cartel de la droga de Sinaloa.

El anuncio del Departamento de Estado se produce el mismo día que un anuncio del Departamento de Justicia de las acusaciones que acusan a los cuatro de violar las leyes internacionales de tráfico.

Durante más de 10 años, Estados Unidos y México han trabajado juntos para combatir el narcotráfico en el marco de un programa llamado Iniciativa Mérida, con Washington proporcionando potencia de fuego militar, apoyo técnico y capacitación en seguridad.

En octubre, los estados vecinos acordaron revisar su enfoque, que los funcionarios mexicanos han descrito durante mucho tiempo como una reliquia del pasado, y en su lugar intensificar los esfuerzos para abordar las causas fundamentales del crimen y frenar el contrabando de armas transfronterizo.

México está plagado de un derramamiento de sangre relacionado con los cárteles que ha visto a más de 300.000 personas asesinadas desde que el gobierno desplegó al ejército en la guerra contra las drogas en 2006.