Estados Unidos no enviará a Ucrania sistemas de cohetes que puedan llegar a Rusia, dijo el presidente norteamericano  Joe Biden.

Los comentarios siguieron a los informes de que la administración Biden se estaba preparando para enviar sistemas avanzados de cohetes de largo alcance a Kyiv para su lucha contra Rusia.

"No vamos a enviar a Ucrania sistemas de cohetes" que puedan llegar a Rusia, dijo Biden a los periodistas después de regresar a la Casa Blanca después de un fin de semana en Delaware.

Los funcionarios ucranianos han buscado un sistema de mayor alcance llamado Sistema de Cohetes de Lanzamiento Múltiple, o MLRS, que puede disparar una andanada de cohetes a cientos de millas de distancia.

CNN y The Washington Post informaron el viernes que la administración de Biden se inclinaba por enviar ese y otro sistema, el Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad, conocido como HIMARS, como parte de un paquete de ayuda militar más grande a Ucrania. Sin embargo, No estaba claro a qué sistema se refería Biden en sus comentarios.

De hecho, Rusia ya ha reaccionado a este anuncio. El vicepresidente del Consejo de Seguridad de Rusia, Dimitri Medvedev, la ha calificado como una decisión "racional".

En la Casa Blanca se estaba debatiendo la entrega a Ucrania de MLRS y de una versión ligera, el llamado Sistema de Cohetes de Artillería de Alta Movilidad M142 (HIMARS), capacitado para alcanzar objetivos a unos 300 kilómetros de distancia.

El primer ministro británico, Boris Johnson, se había mostrado a favor de que ese material militar fuera enviado, aunque con la condición de que el mismo fuera utilizado en circunstancias puramente defensivas.

Johnson había instado a los países aliados a tomar una decisión pronto porque Rusia “sigue comiendo terreno” en el este del país, donde ha enfocado sus operaciones en las últimas semanas y está consiguiendo un “progreso lento pero palpable”.

Esta decisión de Joe Biden, cuya principal motivación ha sido la posibilidad de que esos cohetes "pudieran alcanzar Rusia", supone un paso atrás en el apoyo de EEUU a las fuerzas ucranianas.