En España, los indignados definen en asambleas si continúan con las tomas en las plazas.

En más de doscientos cincuenta lugares, debaten la posibilidad de continuar con otro tipo de protestas. Intentan establecer una “red horizontal sin jefes ni líderes”, pero con un moderador y un secretario. Esos representantes recogerán las propuestas y las transmitirán a las asambleas generales.

El violento desalojo de ayer en la plaza Catalunya de Barcelona, que dejó ciento veintiún heridos, sólo provocó indignación entre los legisladores de la comunidad autónoma y produjo el recrudecimiento de la protesta.