El gobierno de Brasil envió tropas federales a Florianópolis, uno de los principales destinos turísticos de Brasil, para frenar la ola de violencia lanzada meses atrás por una organización delictiva cuyos cabecillas dan órdenes desde las cárceles locales y que está mañana afectó a un puesto policial.

Unos 350 efectivos de la Guardia Nacional, integrada por policías de elite procedentes de Brasilia, arribaron anoche a Florianópolis, capital del Estado de Santa Catarina (sur), donde también desembarcó un avión de la Fuerza Aérea Brasileña para colaborar con el gobierno estadual.

En la madrugada de hoy hubo al menos cuatro acciones violentas, una de ellas contra una base policial en la localidad Sao José, presuntamente orquestadas por una gavilla cuyos líderes se encuentran detenidos en presidios catarinenses.

La presidenta Dilma Rousseff instruyó al ministro de Justicia, José Eduardo Cardozo, para que preste apoyo federal a Santa Catarina, donde las fuerzas locales quedaron superadas por la ofensiva criminal que ya perpetró 105 acciones en diversos puntos del estado desde el 30 de enero, con ataques a micros de turistas y a puestos y personal policial.

La organización criminal que está detrás de toda esta avanzada delictiva parece inspirada en el accionar de otra banda que actúa en Sao Paulo y es conocida como Primer Comando de la Capital.

La población de Florianópolis y su área metropolitana está conmocionada ante la falta de seguridad lo cual llevó a la suspensión de las clases en algunas escuelas nocturnas mientras los choferes de colectivo amagaron con suspender el servicio nocturno y exigieron reforzar la escolta de vehículos policiales para circular en esos horarios.