El viernes pasado, se llevó a cabo una reunión en el Vaticano entre el Papa Francisco y el cardenal estadounidense Raymond Burke, quien ha sido considerado como uno de los adversarios más destacados del Papa dentro de la Curia. Esta noticia ha generado un gran impacto, ya que Francisco tomó la decisión de aplicar medidas disciplinarias contra Burke a mediados de noviembre, lo que exacerbó las tensiones entre los sectores conservadores y tradicionalistas. Estas tensiones también se han visto alimentadas por las acaloradas discusiones en torno al documento pontificio que autoriza la bendición de parejas homosexuales, aclarando que no representa un cambio sustancial en la postura de la Iglesia respecto al matrimonio entre personas del mismo sexo.