El Papa Francisco comunicó estár profundamente entristecido al enterarse de la gran pérdida de vidas causada por un poderoso terremoto que azotó el sureste de Turquía y el noroeste de Siria. 

El terremoto de magnitud 7,8 sacudió amplias franjas de los países vecinos la madrugada del lunes, derribando cientos de edificios y matando a más de 2 mil personas.