La corte suprema de Rusia ordenó el cierre de Memorial, el grupo de derechos humanos más antiguo del país, en un momento decisivo en la represión de Vladimir Putin contra el pensamiento independiente.

El tribunal ordenó el cierre de Memorial en virtud de la controvertida legislación de "agentes extranjeros" de Rusia, que se ha dirigido a decenas de ONG y medios de comunicación considerados críticos con el gobierno.