Recientemente, gobiernos democráticos y organizaciones defensoras de los Derechos Humanos denunciaron al gobierno chino por haber detenido en campos de concentración a más de un millón de uigures y miembros de otras minorías musulmanas. 

En esa línea, el embajador argentino en China, Sabino Vaca Narvaja, aseguró que en la provincia de Xinjiang hay "armonía, desarrollo y prosperidad". 

El diplomático explicó que "se dicen muchas mentiras" ya que las acusaciones forman parte de una "camapaña mediatica" y pidió a la gente que no se deje manipular por los medios que tienen intereses políticos: "La única verdad es la realidad" afirmó.

A pesar de la postura del emabajador, para funcionarios de la ONU, activistas humanitarios, incluso para los gobiernos democráticos occidentales, "la campaña de detención de China en Xinjiang es la mayor dirigida contra una minoría religiosa desde los campos nazis de la Segunda Guerra Mundial".

El régimen de Xi Jinping negó la existencia de centros de concentración y sostuvo que se trata de "centros de educación y formación profesional” diseñados para “erradicar los pensamientos extremistas".