El cardenal Marc Ouellet, uno de los líderes católicos más importantes e influyentes de Canadá, fue acusado de agresión sexual en documentos legales presentados el martes en un tribunal de Quebec.

El cardenal canadiense, considerado candidato a Papa en los últimos cónclaves, es uno de los muchos representantes de la Iglesia que fueron acusados de conducta sexual inapropiada en una demanda colectiva contra la archidiócesis de Quebec. En el documento, una mujer identificada sólo como “F.” acusó a Ouellet de realizar acciones indebidas cuando él era arzobispo de Quebec y ella era una interna pastoral.

Además, F. dijo que los presuntos abusos la dejaron “perturbada” y le generaron una sensación de “profundo malestar” que finalmente la motivaron a quejarse con el Papa Francisco el año pasado. En este contexto, la Arquidiócesis de Quebec reveló el martes que “tomó nota” de las acusaciones y que “no tendrá ningún comentario” sobre la situación, según informó el diario The Washington Post. 

Según la demanda, F. conoció al ex arzobispo en una cena de las Hermanas de la Caridad de Quebec en 2008, cuando era una interna de 23 años en la archidiócesis de Quebec. Después de la comida, Ouellet le habría dado un masaje en los hombros y acariciado la espalda, lo cual sorprendió a la joven.

En otro punto de la demanda, la denunciante alega que en 2010, durante la celebración de la ordenación de un colega, el cardenal le dijo que era la segunda vez que se veían esa semana y que podría besarla de nuevo porque “no hay nada malo en mimarse un poco”, lo cual F. categorizó como “completamente inapropiado”. Acto seguido, el cardenal la besó y deslizó su mano por su espalda hasta sus nalgas, según el documento.

Ouellet, de 78 años, es una de las figuras más importantes dentro de la burocracia vaticana, al frente del departamento que investiga y gestiona a los obispos. Nombrado cardenal por el Papa Juan Pablo II en 2003 y lugarteniente del Papa Benedicto XVI, ahora el representante de la Iglesia mantiene una amistad cercana con el Papa Francisco, con quien se comunica semanalmente, y quien le permitió permanecer en su puesto mucho más allá del mandato normal de cinco años.