Los documentos apuntan a un cambio de estrategia de China, cuya capacidad nuclear se sitúa hoy en unas 350 cabezas nucleares, según los investigadores de FAS, una cantidad modesta si se compara con Rusia o Estados Unidos, que operan cada uno de ellos almacenes de hasta 4.000 cabezas, el 90% de las armas nucleares del planeta. El régimen chino, aún lejos de esas cifras, aprieta el acelerador. El Pentágono calculaba hace un año que sus existencias se situaban por debajo de las 200 cabezas.

Autoridades del Pentágono como miembros del Congreso llamaron la atención sobre este asunto. “Esta es la segunda vez en dos meses que el público ha descubierto lo que hemos estado diciendo todo este tiempo sobre creciente peligro que el mundo afronta y el secretismo que lo rodea”, señaló en su cuenta de Twitter el Comando Estratégico de Estados Unidos, el brazo del Ejército con la misión de proteger al país y sus aliados ante la amenaza nuclear. Por otra parte, el congresista republicano Mike Turner, representante por Ohio y miembro del subcomité de Servicios Armados en Fuerzas Estratégicas de la Cámara de Representantes, calificó el desarrollo nuclear del régimen chino de “amenaza”.

Las dos publicaciones se han conocido en vísperas de la primera ronda de negociaciones, llamadas Diálogo sobre Estabilidad Estratégica, que han mantenido este miércoles Estados Unidos y Rusia en Ginebra para evitar una nueva carrera nuclear. Se trata de la primera cita de este tipo entre ambas potencias desde hace un año tras la cumbre del pasado 16 de junio entre los presidentes Joe Biden y Vladímir Putin en la ciudad suiza y se produce después de numerosos desencuentros entre los antiguos protagonistas de la Guerra Fría.