Dinamarca vuelve a la vida de antes de la pandemia. La primera ministra Mette Frederiksen ha anunciado que desde el 1 de febrero, prácticamente todas las medidas contra la COVID-19 dejarán de ser obligatorias.

"Desde esta noche podemos relajarnos y empezar a sonreír de nuevo. Esta noche vivimos un hito, traemos noticias increíblemente buenas. Ahora podemos eliminar las últimas restricciones por el coronavirus en Dinamarca", explicaba ante los medios la primera ministra danesa.

Por ejemplo, ya no será necesaria la mascarilla ni siquiera en bares o clubes nocturnos. Solo será recomendada en centros de salud. Las autoridades han tomado la decisión basándose en el alto nivel de vacunación y la menor severidad de la variante ómicron.

Austria también relajó sus medidas, poniendo fin al confinamiento decretado para los no vacunados. El canciller Karl Nehammer anunció su decisión debido principalmente a que la amenaza de saturación de las unidades de cuidados intensivos de los hospitales ha sido superada.

No obstante, el número de casos sigue aumentando en la mayoría de países, como la República Checa o España, pero los datos son esperanzadores. En España se registraron 133.000 infecciones, pero la incidencia bajó por tercer día seguido, aunque se mantiene elevada: 3.195 casos.