El gobierno turco detuvo, en una operación múltiple realizada en 18 provincias del país, a más de cuarenta funcionarios, incluidos policías, por su supuesta relación con el movimiento islamista del predicador Fethullah Gulen, que Ankara considera un "grupo terrorista". Además, continúan buscando a otras veinte personas en el marco de la misma operación contra los seguidores del movimiento al que la justicia y el gobierno definen como "Organización Terrorista Fethulah Gulen" (FETO).

Los grupos mediáticos afines a Gulen fueron intervenidos por una orden judicial y las autoridades sustituyeron a sus editores críticos con el gobierno por otros que están completamente a favor del gobernante AKP, partido que el domingo recuperó la mayoría absoluta que había perdido en junio, tras ostentarla en el poder desde 2002. 

En total se dictaron órdenes de detención contra 57 personas, incluido el predicador islámico Gulen, residente en Estados Unidos y líder del citado movimiento, al que el gobierno acusa de intentar crear un "Estado paralelo". Entre los detenidos y en búsqueda hay inspectores públicos, ex jefes de policía, ex gobernadores de provincias que trabajaban actualmente en el Ministerio del Interior en Ankara, acusados todos de "tener en su poder información y documentos militares secretos" y de "actuar fuera de los límites de su poder legal", según la agencia de noticias Anadolu.

En varias operaciones similares previas, centenares de policías y fiscales fueron detenidos y otros miles fueron destituidos de sus puestos, acusados de estar vinculados al movimiento de Gulen. Las operaciones y juicios empezaron tras iniciarse, a fines de 2013, una investigación judicial por corrupción contra círculos cercanos al entonces primer ministro y actual presidente del país, Recep Tayyip Erdogan, que llevó al arresto de varias personas, incluidos los hijos de tres ex ministros y destacados empresarios.