La euforia tras el festejo y las felicitaciones le duraron poco . Apenas unas horas después de su triunfo ante el republicano Mitt Romney, que le permitirá permanecer en la Casa Blanca hasta 2017, Barack Obama se enfrentó de lleno con sus próximas batallas.

Al respecto, el historiador economico Roberto Cortes Conde explico en Magdalena Tempranisimo, que "la primera advertencia vino de Wall Street, que cerró su peor sesión del año (cayó 2,3%) por los temores que provoca el desafío más urgente de Obama: lograr un acuerdo para atacar el déficit fiscal antes de fin de año, con un Congreso que volverá a estar dividido".

El propio Obama había reconocido en su emotivo discurso algunos de los problemas más urgentes. En un mensaje conciliador, hizo un fuerte llamado a la unidad para superar la división partidaria que virtualmente paralizó al Congreso durante su primer mandato.

"Para Estados Unidos, lo mejor aún está por llegar", dijo el presidente, que se impuso, en gran parte, gracias al fuerte respaldo de los latinos y a que ganó en casi todos los estados más disputados, como Ohio.

Obama quiere un aumento de impuestos a los más ricos para luchar contra el déficit, pero los republicanos en la Cámara baja se niegan a concederlo.

En los mercados, superada la incertidumbre que generaron los comicios, el triunfo de Obama no fue recibido con entusiasmo. Las bolsas estaban preocupadas por los próximos meses y la amenaza de un nuevo enfrentamiento en el Congreso.

La poca perspectiva de que el Capitolio alcance un acuerdo, cuando faltan sólo 55 días para el "precipicio fiscal", provocó ayer una fuerte caída del índice Dow Jones (bajó 2,3%).

Obama no perdió el tiempo y ayer mismo, antes de viajar a Washington, llamó a los líderes del Congreso para intentar desactivar la pulseada. El presidente habló con los republicanos John Boehner, titular de la Cámara de Representantes, y Mitch McConnell, líder de la oposición en el Senado, y los demócratas Harry Reid, jefe de la Cámara alta, y Nancy Pelosi, jefa de los senadores del partido.

"En las próximas semanas y meses quiero trabajar con los líderes de ambos partidos para enfrentar esos retos que sólo podemos resolver juntos, reduciendo nuestro déficit, reformando el código de impuestos, arreglando el sistema de migración. Tenemos muchas cosas por hacer", había anticipado anteanoche Obama, que tendrá que atacar un déficit público anual que ronda el billón de dólares y una deuda récord que asciende a 16 billones de dólares. Todo, otra vez, con un Congreso polarizado.

"Eso significa la misma dinámica. Son las mismas personas que no pudieron entender cómo lograr acuerdos durante los últimos tres años", advirtió el analista Ethan Siegel, de Washington