Estados Unidos, la Unión Europea y otros 20 países han condenado a los talibanes por denuncias de asesinatos sumarios de ex policías y agentes de inteligencia en Afganistán.

La declaración se produjo después de que Human Rights Watch (HRW) publicara un informe que documentaba el asesinato o la desaparición de al menos 47 miembros de las Fuerzas de Seguridad Nacional afganas.

Los países dijeron que estaban "profundamente preocupados" por las acusaciones y subrayaron que las "presuntas acciones constituyen graves abusos contra los derechos humanos y contradicen la amnistía anunciada por los talibanes" para los ex funcionarios afganos.

Pidieron a los talibanes "que hagan cumplir efectivamente la amnistía para los ex miembros de las fuerzas de seguridad afganas y ex funcionarios del gobierno para garantizar que se mantenga en todo el país y en todas sus filas", e instaron a que se investiguen sin demora y transparentes los asesinatos denunciados.

Los talibanes tomaron el poder en Afganistán en agosto cuando el gobierno respaldado por Estados Unidos en Kabul colapsó tras la salida de las tropas estadounidenses del país.

El grupo armado, ansioso por obtener reconocimiento internacional, ha prometido que su gobierno será diferente al de su anterior mandato en el gobierno en la década de 1990, que incluyó lapidación pública, amputaciones de miembros de presuntos delincuentes y la prohibición de la educación de las mujeres.